Nicolás Occhiato, conductor de Nadie Dice Nada (Luzu TV), se refirió a las críticas que recibió la final de La Voz Argentina (Telefe) y reveló por qué se optó por grabar la gala decisiva, generando una falta de emoción en el cierre del exitoso ciclo.
El desenlace de la última temporada de La Voz Argentina no fue como el público y muchos esperaban. A diferencia de las ediciones anteriores, Telefe decidió dividir la final en dos jornadas y, lo más polémico, grabar cuatro posibles resultados para garantizar la emisión, lo que desató una ola de críticas en redes sociales.
Ante la controversia, Nicolás Occhiato, una de las figuras de la señal y amigo de la producción, decidió contar en su programa de streaming los motivos que llevaron a esta inusual decisión.
Cuestiones de agenda y la extensión del ciclo
Occhiato explicó que la razón principal fue una cuestión de tiempos y agenda del canal y el jurado. "Nunca es así la final de La Voz, pero el canal tenía la necesidad de que el programa estuviera un mes más", comenzó detallando.
"La final debería haber sido hace un mes, entonces en esa necesidad, la agenda de todos los jurados no daba para que ayer podamos estar en vivo", reveló, indicando que la extensión del programa obligó a adaptar la logística, haciendo imposible una gala en directo con los cuatro coaches.
El proceso de grabación y la falta de emoción
La necesidad de tener el programa listo llevó a la producción a realizar un despliegue sin precedentes: se grabaron las cuatro posibles celebraciones del ganador. Esto explica por qué el público solo conoció al vencedor —Nicolás Behringer— al final, mientras que el resto de los puestos se comunicaron luego a través de las redes sociales del ciclo.
"Algunos miembros de la producción estuvieron en el set a esperar los resultados de la votación del público para que, cuando se anuncie el corte, puedan preparar el tape con el correspondiente ganador", detalló el conductor sobre el hermético proceso.
Occhiato admitió que la falta de espontaneidad y emoción fue inevitable debido a esta metodología: "Se grabó cuatro veces, por eso la poca emoción". En este sentido, reconoció y justificó la frialdad en el cierre, pidiendo que se entienda "el por qué de la poca emoción para un laburo que se hizo muy groso".
El detalle curioso del detrás de escena
Finalmente, el conductor de Luzu TV compartió una anécdota que grafica la complejidad del rodaje: "No pudimos tirar papelitos por el tiempo que se tardaba en limpiar el escenario cada vez que tenían que grabar un nuevo posible final".
De esta forma, Occhiato buscó cerrar la polémica, destacando el "programón" y el "éxito de punta a punta" que fue La Voz Argentina, a pesar de las dificultades logísticas que generaron un cierre atípico y criticado.
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