A varios meses de la trágica noticia que golpeó al entorno de la familia Yankelevich, Cris Morena rompió el silencio sobre la muerte de Mila, su nieta de 7 años e hija de Tomás Yankelevich y Sofía Reca.

En una entrevista íntima en el programa Sería increíble (del canal de streaming Olga), la creadora de éxitos televisivos profundizó en cómo atraviesa este momento y el rol de sostén que ocupa para su hijo, trazando un paralelismo desgarrador con su propia experiencia tras la muerte de Romina Yan.

Un duelo compartido y el apoyo familiar

Durante la charla con Nati Jota, Cris confesó que el proceso que atraviesan su hijo Tomás, su nuera Sofía y su otro nieto, Inti, es "un recorrido complicadísimo". Sin embargo, destacó la unión familiar como el pilar fundamental para sobrellevar la ausencia física.

"Me importa mucho el cuidado de ellos; que estén juntos, apoyándose. Tuve una experiencia muy similar e igual a la de mi hijo. Mila está. Yo hablo de la presencia y de la ausencia, está presente permanentemente con nosotros", expresó conmovida.

Las señales y la conexión con Romina Yan

Uno de los momentos más emotivos de la entrevista fue cuando la productora comparó el duelo actual con el que vivió tras el fallecimiento de su hija Romina. Cris aseguró que, al igual que le sucedió a ella, su hijo Tomás y su esposa han comenzado a percibir "señales" de la pequeña.

• La presencia espiritual: Cris remarcó que esta sensación "a veces es dolorosa y a veces una sonrisa".

• Las señales: "A veces es lo que hablé de Romina, que se me aparecía de una manera extraña. Para mí ella me mandaba señales. Lo mismo le está pasando un poco a Tomás y Sofía con Mila", reveló.

La dualidad entre el éxito y el dolor

La productora también reflexionó sobre la difícil contradicción de vivir este duelo personal en medio de un gran éxito profesional, refiriéndose a la repercusión de sus recientes proyectos y el evento en el Arena de Buenos Aires.

"Tengo que decir la verdad. No puedo ocultar que me agarró en un momento de inmensa felicidad", admitió, aclarando que no se refería a una alegría superficial, sino a una sensación de "mucha grandeza, integridad y alegría" por parte de su equipo y su carrera, que ahora convive con el proceso de sanar la pérdida familiar.