Su protagonista, Heidi, te cuenta en primera persona quienes son los personajes de esta linda historia:

Mi mejor amigo se llama Pedro. él es mi cómplice de aventuras, mi compinche, mi confidente… Su hermanito, Pancho, es lo menos pancho del mundo… Vive haciendo lío…

Nora, la mamá de Pedro y Pancho, es buenísima conmigo. Me enseñó a hacer todo tipo de cosas en la casa. Soy una excelente cocinera, nadie estira las camas como yo, lavo la ropa y hasta plancho… gracias a ella!. 

La mamá y la abuela de Pedro son quienes me enseñaron a coser y me pasaron las mejores recetas de cocina. Los mejores pasteles del campo, sin dudas, son los míos. Y de música… Sé más de música que de letras! La abuela de Pedro sabe tocar un piano, tienen uno en la casa que era de la familia y me enseñó… Me encanta coser. Soy capaz de diseñar las prendas más insólitas, siempre estoy inventando algo. 

Esos son mis sueños. Esa es mi vida. Mi universo. Ese es mi lugar en el mundo. 

Y todo era perfecto hasta que llegó mi tía Dete. Ella me engañó, me dijo que nos íbamos por un rato, que mi abuelo estaba de acuerdo… Y me alejó de él para siempre. O al menos eso es lo que ella cree… Así que un día, sin que nadie me preguntara mi opinión, sin que a nadie le importara lo que yo quería, me arrancó del campo y me llevó a la ciudad. 

Un lugar con demasiadas luces, demasiados autos, demasiada gente. Un lugar tan enorme que yo me sentí casi invisible. Por suerte no estaba sola, porque sin que mi tía se diera cuenta, me llevé escondido a Nicanor, mi conejo. 

Y una tarde llegué a casa de ellos, los Sesemann. 

El dueño de casa, el señor Santiago Sesemann, es un diplomático de aspecto muy serio, elegante… Muy diplomático. Sin embargo, hay un brillo en sus ojos que lo hace bueno, a pesar de todo. Especial. Enseguida me dio la bienvenida, con una enorme sonrisa de dientes blanquísimos. Se debe lavar los dientes seis veces por día. Debo confesar que es un poquito obsesivo, ordenado, limpio… No tengo nada en contra de la limpieza, al contrario, pero pasar el dedo por cada rinconcito de la casa para controlar si hay polvo, esteeee, me parece demasiado. 

La hija del dueño es Clara Sesemann. Una joven muy extraña. No sale de la casa desde hace 8 años!!! Eso sí que no lo entiendo. Justo yo, que no puedo estar encerrada ni un ratito!!! Un día su mamá los abandonó dejando una nota que solo decía “Adiós” (parece que esa señora no era muy comunicativa). Y nunca más supieron de ella. Clara la espera cada día y decidió no salir de su casa hasta que su mamá regrese. No se viste nunca. Usa pijamas todo el tiempo. Los más hermosos, de los más lindos colores, súper extravagantes. Tiene una cantidad nunca vista de pijamas. Los tiene para el día, para la tarde, para la noche, para fiestas patrias, para cumpleaños. Y además está repleta de accesorios como pantuflas, batas, gorros de dormir, antifaces. 

Es una chica muy musical. Toca varios instrumentos: guitarra, violoncello, bajo, batería. Los tiene todos en el sótano. Parecen de una banda pero son para ella. Clara vive con la computadora y no tiene amigos. Habla poco y hace muchas señas como emoticones. Cuando algo no le gusta, pulgar para abajo. Cuando algo le gusta, pulgar arriba. Si está Ok, con los deditos te hace OK. Y juro que la cara de enojada que pone es idéntica a la carita roja que me mostró en el chat. A mí me gusta su sonrisa, pero no sonríe muy a menudo. Creo que yo le caigo muy pero muy mal, peroNicanor, mi conejo, le cae muy pero muy bien. 

La Señorita Rottermeier es especial. No quiero hablar mal de ella porque no me gusta, pero es malhumorada, gritona, entrometida, severa, rígida. Y lo peor de todo: odia a los animales, especialmente a Nicanor. Ella es soltera y yo creo que va a seguir así si no cambia. Le falta un novio para ser feliz, yo la voy a ayudar a conseguirlo. 

Bruno, el chofer, es muy divertido. Vive haciendo bromas que me causan mucha gracia, pero a la Señorita Rottermeier no se le mueve un músculo de la cara. Toca muy bien el teclado y yo lo quiero convencer que formemos una banda. Clara, él, yo… Alguien más. 

Nano, un músico muy simpático que conocí en la calle en mis paseos con Sesemann. Toca la guitarra y canta muy lindo. Es bueno aunque me resulta un poco misterioso… Me gusta para que sea novio de Clara. Y eso intentaré… acercarlos. Porque a mí me encanta ver a la gente feliz. Aunque estoy segura de que él esconde algo… Y yo voy a averiguar qué.